Una ducha caliente en invierno y una ducha fría en verano es algo deseado por muchas personas que ven en este ritual no solo una forma de limpiar su cuerpo, sino también de relajación y descanso.
Pero abusar de la ducha o renegar de ella puede no ser tan positivo. A continuación, se muestran algunos consejos de quienes más saben del cuidado de la piel: los dermatólogos.
1-Frecuencia
Los expertos afirman que no hay una regla estricta para determinar un número determinado de duchas. Puede depender de tu nivel de actividad, de la zona en que vives (escasez de agua) o de la cultura de cada país. Lo importante es no llegar al punto de que tu cuerpo produzca mal olor o surjan infecciones en la piel.
La Dra. Jessica Krant, dermatóloga certificada por la Academia Estadounidense de Dermatología, señala que si te duchas por la mañana y luego haces ejercicio y te duchas otra vez después del gimnasio, debes tener cuidado de no demorarte demasiado. La segunda ducha debe ser extremadamente corta.
2-Duración
Tanto la Dra. Krant como la Dra. Lauren Ploch, señalan que cuanto más corta sea la ducha, mejor. Y es que la exposición al agua puede provocar sequedad en la piel y el cabello. “Para los pacientes con dermatitis atópica o piel muy seca, recomiendo que las duchas duren cinco minutos o menos. Además, es recomendable mantener duchas activas y no permanecer bajo el agua durante varios minutos seguidos”, dice Ploch.
3-Temperatura
El agua caliente elimina los aceites naturales y daña la piel más rápido, así que los expertos recomiendan optar por una ducha tibia (o más fría). “Hay quienes recomiendan el agua extremadamente fría para estimular la circulación. Pero, junto con evitar las temperaturas extremadamente altas, yo recomiendo usar la temperatura que te resulte más cómoda”, dice Krant.
4-Zonas más sucias
Los brazos y las piernas no siempre necesitan jabón. Para una ducha rápida, vale la pena concentrarse en las axilas, las ingles y los pies.
5-De arriba hacia abajo
Ducharse de arriba a abajo permite que el jabón penetre más profundamente en la piel. Si eres propensa al acné, la Dra. Ploch sugiere lavarse la cara, el pecho y la espalda después de aplicar champú y acondicionador en el cabello.
6-La hora de secarse
Los expertos recomiendan secar la piel suavemente con palmaditas con una toalla en lugar de frotarla con fuerza. Frotarse puede causar irritación y picazón. Al dar palmaditas, también queda un poco de agua en la piel, que debe conservarse junto con la crema humectante después de cada ducha.
Pero no olvides secar ciertas zonas. “Recuerda especialmente las zonas de los pliegues de la piel, entre los dedos de los pies, en la zona de la ingle y debajo de los brazos, para reducir el riesgo de sarpullido e infección en el futuro”, dice la Dra. Krant.
7-Hidratar
La crema hidratante debe aplicarse entre dos y tres minutos después de ducharse. Hacerlo rápidamente ayuda a crear una barrera para evitar la “pérdida de agua transepidérmica” y mantener la piel tersa.