En esta época, el aumento de alérgenos en el ambiente hace que muchas personas ven su aparato respiratorio más expuesto. A ello se suma la alta circulación de personas en buses del Transantiago y líneas regionales, y en Metro durante las horas punta, donde la cercanía y la ventilación limitada elevan el riesgo de contagio de virus y bacterias.
Frente a este escenario, Francia Rivera, académica de Enfermería de la Universidad Andrés Bello, sede Viña del Mar, entrega recomendaciones concretas y fáciles de incorporar a la rutina diaria.
1) Higiene de manos
Lavarse las manos con agua y jabón antes y después de viajar, o utilizar alcohol gel al entrar y salir del transporte, sigue siendo una de las herramientas más eficaces para cortar la transmisión de microorganismos. El lavado de manos es la medida más eficiente no solo para evitar contagios de enfermedades respiratorias, sino de todo tipo. Idealmente, frota palmas, dorsos, entre los dedos y muñecas por al menos 20 segundos; si usas alcohol gel, prefiere soluciones al 60–70% y espera a que se seque por completo.
2) Ventilación
Optar por buses o carros con ventanas abiertas, ubicarse cerca de corrientes de aire o evitar zonas de alta congestión contribuye a dispersar partículas suspendidas. La ventilación diluye la concentración de microorganismos en el aire y reduce la probabilidad de que lleguen a nuestras vías respiratorias. Prefiere pararte cerca de ventanas o puertas para mayor recambio de aire.
3) Evita tocarte la cara
Los ojos, la nariz y la boca son puertas de entrada de virus y bacterias. Al tocar dinero, pasamanos o validadores del transporte público, contaminamos las manos; si luego tocamos el rostro, facilitamos el ingreso de microorganismos. Una medida complementaria es limpiar con regularidad el celular, objeto que se manipula con frecuencia y acumula microorganismos. No lavarse las manos después de usar el teléfono es un error común. También debes evitar comer si vas en bus o Metro, para no llevarte las manos a la boca.
4) Mantener distancia… si es factible
Aunque no siempre es posible, procurar una separación mínima de un metro, especialmente respecto de personas con tos intensa o estornudos, reduce el riesgo de exposición directa. En traslados breves también existe riesgo: la densidad de personas y el poco recambio de aire importan más que la duración del viaje.
5) Higiene respiratoria
Cubrirse nariz y boca al toser o estornudar con el antebrazo —y no con las manos— evita contaminar superficies y a otras personas. Proteger al resto es parte de la responsabilidad compartida: si usamos las manos para toser, luego esa misma mano puede multiplicar la transmisión en el entorno.