9 hábitos de higiene que debemos enseñar a los niños

Debemos enseñar la higiene a los niños

Cuidar la higiene es sinónimo de cuidar la salud. Por ello, instalar el hábito de higiene personal desde que los niños son pequeños es una tarea fundamental de los padres.

Pero no se trata solamente de sumergirse en la tina o ducha, deslizar rápidamente el shampoo y jabón ¡y listo! Debemos poner énfasis en el aseo de ciertas partes que requieren más atención, tanto en el baño como en la higiene personal de todo el cuerpo.

Los expertos de Bupa Salud enumeran 9 hábitos de higiene personal que son fundamentales de enseñar a nuestros hijos para que los apliquen en el día a día… y que también conviene recordar para el caso de los adultos.

1-Elementos personales

Accesorios como el cepillo de dientes, jabón, peineta y toalla no deben ser compartidos para evitar la transmisión de gérmenes y enfermedades.

Si la familia sale fuera de casa por el día entero, una buena idea es llevar el jabón, pasta dental y cepillo de dientes de cada miembro, a fin de cuidar el aseo si pasan muchas horas fuera.

2-Lavarse las manos

Lavarse las manos es una de las cosas más importantes de enseñar a los niños para que les quede grabado como hábito. Esta simple acción elimina gérmenes y virus adquiridos al tocar superficies contaminadas.

La Organización Mundial de la Salud recomienda lavarse las manos en momentos clave: antes de manipular alimentos, después de ir al baño, después de toser o estornudar, al regresar a casa después de una salida y tras tocar a las mascotas.

3-Ducha o baño diario

Darse un baño al día es una buena práctica de higiene personal y ese mensaje debemos transmitirlo a nuestros hijos. Esto permite asear todas las áreas del cuerpo y ayuda a mantener a raya los malos olores.

No es necesario darse baños largos, con 3 o 4 minutos en la ducha, y un par de minutos extra en la tina en el caso de los niños pequeños, es más que suficiente.

4-Limpieza de pies

Durante los días de calor es común que los pequeños quieran andar descalzos por la casa o el patio; y cuando llega el invierno, los pies suelen estar dentro de los zapatos. Ambos escenarios son propicios para la absorción de gérmenes y el desarrollo de hongos e infecciones.

Enseña a tus hijos la importancia de que sus pies luzcan limpios y sin olores. Pueden lavarse en cualquier minuto del día de ser necesario, pero también deben secarse muy bien porque la humedad es el ambiente ideal para el desarrollo de microorganismos causantes de enfermedades y mal olor.

5-Lavarse el pelo

El pelo, sobre todo cuando está largo, puede acumular polvo y suciedad. En el caso de los niños, muchas veces se convierte en el escenario perfecto para ser habitado por parásitos (piojos) que pueden causar enfermedades. 

Por eso debemos estar siempre atentos a su aseo o a detectar cualquier presencia extraña. No es necesario lavarlo diariamente, pero sí es importante llevarlo limpio.

6-Orejas y oídos

Las orejas suelen pasarse por alto en materia de higiene. Por eso, enseña a tus hijos que deben lavarlas y mantenerlas limpias aprovechando el momento del baño, poniendo atención en el pabellón externo y la parte trasera.

Al secarlas hay que asegurarse de pasar bien la toalla por detrás y por los pliegues. También puedes secar dentro de las orejas, pero solo el pabellón externo. Debemos recordar no meter nada dentro (interior de las orejas), como hisopos o cualquier otro objeto.

7-Sonarse la nariz

En el caso de los niños puede darse el mal hábito de urgarse la nariz o no poner atención a las secreciones que puedan asomarse mientras juegan o están entrenidos con algo.

Siempre que veas esta situación, háblales sobre la importancia de que su nariz esté despejada, de no meterse los dedos en el interior y de que los mocos nunca sean visibles para los demás. Puedes enseñarle a tener siempre a mano pañuelitos desechables o papel higiénico (o recurrir a ello si lo necesitan, como en el caso de alergias y resfríos).

Hay que evitar tocarse la nariz con las manos sucias y recurrir a lavados nasales con agua con sal para mantener las vías nasales limpias.

8-Cortarse las uñas

Es menos probable acumular suciedad y bacterias en las uñas cuando están cortas, sobre todo en el caso de los niños, que juegan y tocan  todo lo que pillan a su paso.

Recuerda que las manos suelen tener mucho contacto con los ojos y la cara, así que es importante no transmitir gérmenes hacia esa zona.

9-Cepillarse los dientes 

Este hábito a veces cuesta instaurarlo, sobre todo en los niños, debido a que debe repetirse después de cada comida y hacerse con cierta dedicación por algunos minutos. Incluso con los adolescentes suele ser una lucha de recordación.

Debemos ser majaderos y recalcar que la higiene bucal previene la aparición de caries, el mal aliento y otras enfermedades que surgen cuando no se lavan los dientes.

Los dentistas recomiendan que el lavado de los dientes dure alrededor de 5 minutos; también aconsejan hacerlo siempre -sin olvido- antes de dormir, porque la proliferación de bacterias es más activa durante la noche.

 

 

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