Quedarse sin agua caliente durante la ducha podría ser algo bueno. Una ducha fría, aunque sea por unos minutos, puede funcionar como terapia de frío para ayudar a la persona a sanar, recuperarse y sentirse bien en general, especialmente después del ejercicio.
«Las duchas frías son una forma conveniente para que un atleta aficionado o cualquier persona que disfrute del ejercicio obtenga algunos de los beneficios de la terapia de frío después de un entrenamiento», dice la Dra. Sharon Hame, cirujana ortopédica de UCLA Health con certificación de subespecialidad en deportes.
¿Qué es la terapia de frío?
La terapia de frío, también llamada crioterapia, utiliza la exposición a temperaturas frías para enfriar los tejidos del cuerpo por razones terapéuticas. Hay varias formas de aplicar la terapia de frío, que incluyen:
– Duchas frías, que implican bajar la temperatura del agua por debajo de los 60 grados durante dos o tres minutos seguidos.
– Aerosol frío, usado para adormecer un área pequeña.
– Inmersión en agua fría o baños de hielo, o sumergir todo menos la cabeza y el cuello en agua fría.
– Aplicación de hielo localizada para tratar lesiones o grupos musculares específicos.
– Crioterapia de cuerpo entero, que expone el cuerpo a vapores muy fríos.
Las duchas frías no son el tratamiento principal para ninguna afección y las investigaciones concluyentes sobre la terapia de frío aún son limitadas. Pero un rápido chorro de agua fría puede ser beneficioso cuando se usa para aliviar síntomas.
Tomar duchas frías puede:
Reforzar la inmunidad contra los resfriados comunes
Pasar de una ducha caliente a una ducha fría, aunque sea por un par de minutos, puede protegerte de los virus en circulación. El choque de agua fría puede estimular las células sanguíneas que combaten las infecciones (leucocitos). Un estudio realizado en los Países Bajos encontró que las personas que cambiaron a duchas frías durante 30, 60 o 90 segundos durante 90 días se ausentaron del trabajo por enfermedad un 29% menos que las personas que no cambiaron a duchas frías.
Combatir los síntomas de la depresión
Hay investigaciones limitadas disponibles sobre los efectos de la terapia con agua fría sobre la depresión. Pero las investigaciones que existen muestran algunos resultados positivos. En un estudio clínico, los participantes que tomaron duchas frías diarias durante varios meses informaron una disminución de los síntomas de depresión. Investigaciones adicionales sugieren que el agua fría puede mejorar el estado de ánimo y disminuir la ansiedad.
Mejorar la circulación
El agua fría ejerce presión sobre el cuerpo: entra en «modo de supervivencia» y trabaja duro para mantener su temperatura central. Esto estimula al cuerpo para aumentar la circulación del flujo sanguíneo.
«El aumento de la circulación redistribuye la sangre y lleva sangre recién oxigenada a las áreas del cuerpo que necesitan recuperarse. Disminuye el tiempo que tardan los músculos en recuperarse después del ejercicio», dice la Dra. Hame. Con el tiempo, el sistema circulatorio puede volverse más eficiente y mover la sangre por el cuerpo más rápidamente, lo que resulta útil para cualquier persona con presión arterial alta o diabetes.
Aumentar el metabolismo
Tu cuerpo gasta energía tratando de mantenerse caliente en una ducha fría. El resultado puede ser una pequeña cantidad de calorías quemadas y un aumento del metabolismo. Eso no implica descartar un plan de alimentación saludable y el ejercicio por el momento: las investigaciones sobre este beneficio son limitadas.
Reducir la inflamación y prevenir el dolor muscular
Las temperaturas frías hacen que los vasos sanguíneos se contraigan (vasoconstricción). Cuando eso sucede, la sangre se mueve hacia el centro y los órganos vitales del cuerpo. La sangre se vuelve naturalmente rica en oxígeno y nutrientes durante el proceso.
A medida que el cuerpo se calienta nuevamente, los vasos sanguíneos se expanden (vasodilatan), devolviendo la sangre oxigenada a sus tejidos. A medida que regresa, ayuda a eliminar la inflamación, una causa del dolor muscular de aparición tardía que puede ocurrir un par de días después del ejercicio.
Aliviar el dolor localizado
La terapia con frío alivia el dolor al reducir la inflamación. Pero también interfiere con la percepción del dolor por parte del cerebro. «Si alguna vez le han administrado un spray frío antes de una inyección, este funciona disminuyendo la rapidez con la que la sensación de dolor viaja a través de los nervios», señala la Dra. Hame. Entorpece la transmisión nerviosa enviada al cerebro.